La Belleza con Cabeza no busca milagros: busca sentido
La esteticista, cosmetóloga y fisioterapeuta, Estela de Abajo Sanz da un paso más allá en sus tratamientos corporales.
Entrevista aparecida en El Comercio el 24 de mayo de 2025
Tras 24 años de experiencia, y con la responsabilidad de liderar ESTELA BELLEZA, que lleva ya más de 50 años en Gijón, este 2025 ha supuesto una reestructuración total del trabajo corporal. Sin duda, un punto de inflexión profesional, y de conectar con lo que de verdad importa.
Ha reformulado su manera de abordar los tratamientos corporales desde una mirada más consciente, más científica y más conectada con su vocación.
Nos habla de este cambio, de las nuevas tecnologías que ha incorporado, y de por qué la belleza debería ir siempre de la mano del criterio, la escucha y el respeto al cuerpo.
Estela, ¿qué te llevó a cambiar el enfoque de tu trabajo?
Sentía que los protocolos corporales no me motivaban, no me representaban. Me obsesionaban los resultados, y su búsqueda “compulsiva” me estaba bloqueando. Además, como soy muy exigente, me frustraba depender tanto de los hábitos de vida de los pacientes para lograr resultados. Lo de siempre, la alimentación, el ejercicio… Decidí pararme y revisarlo todo, y por supuesto, seguir formándome para avanzar y ver otros puntos de vista. Y en esa “pausa” encontré claridad: volví a las raíces de la fisioterapia, a integrar ciencia, formación y valores.
¿Qué papel juega esa ciencia en tu forma de trabajar ahora?
Es fundamental, ahora y siempre, en la terapia manual y aparatología. En lo que va de año hemos incorporado tres nuevas tecnologías, nada más y nada menos. Dos ya están operativas y la tercera la empezaremos a aplicar a finales de junio, cuando tengamos la técnica perfeccionada. No ha sido una compra impulsiva ni por moda: son equipos basados en ciencia.. Y tienen propósitos claros: sumar recursos, potenciar resultados, añadir bienestar y mejorar la salud.
¿En qué se basa tu nuevo método de trabajo corporal?
Trabajamos por fases, y objetivos. Cada cuerpo es un mundo, pero la mayoría necesitamos pasar por una etapa de desinflamación, y si es necesario reducción o destrucción del tejido graso, oxidación del mismo y finalmente remodelación y tonificación. Lo importante es adaptar cada paso al cuerpo y su estado real, valorándolo más allá de una celulitis, grasa localizada o flacidez. Y esa mirada lo cambia todo.
También has mencionado la importancia de la nutrición, y ahora vemos cada vez el uso de la micronutrición como parte de los tratamientos.
Son soportes esenciales. Ajustamos micronutrición y cosmética a cada fase para potenciar el proceso global; consejos dietéticos y productos bien elegidos marcan la diferencia. Por eso contamos con servicio de nutrición y medicina estética.
Hablas mucho de la necesidad de una “belleza con cabeza”. ¿A qué te refieres?
A no vender milagros. A no aplicar tratamientos sin criterio. A dejar de tratar el rostro y el cuerpo como si fueran un lienzo a corregir, y empezar a verlos como territorios que se cuidan, se escuchan y se respetan. Durante años nos vendieron resultados rápidos, promesas exageradas, aparatología sin lógica… Yo nunca trabajé así, pero ahora lo tengo más claro que nunca: la estética honesta busca sentido, no atajos. Eso es “belleza con cabeza”.
¿Y qué rol juega la formación en todo esto?
Un papel clave. No basta con aplicar aparatos, ni productos: hay que saber, interpretar, decidir. El sector evoluciona muy rápido y la única forma de estar a la altura es mantener viva la curiosidad y el espíritu crítico. Formarse, cuestionárselo todo, y aplicarlo.
¿Cómo está respondiendo la gente a este cambio de rumbo?
Muy bien, estamos incorporándolo paso a paso. Se siente una nueva conciencia en el aire. Cada vez más personas quieren cuidarse desde otro lugar: más real, más informado, más amable. Y eso se logra con constancia, criterio y decisiones bien tomadas. Cuando la profesional se pone al servicio de los cuerpos, y no al revés, cambia la forma de habitarlos. Y eso, en realidad, lo cambia todo. Como cambian las pieles y los rostros.
