Estela Belleza / Blog / Soy Esteticista: El orgullo de una profesión

Soy Esteticista: El orgullo de una profesión

Contenido bloqueado por la configuración de Cookies.
https://youtu.be/CSvsitR0mok

Hola, soy Estela de Abajo y soy Esteticista

¿Os imagináis? Que dentro de unos años nos avergonzara tanto nuestra profesión, que lo dijéramos como si estuviéramos en una reunión de alcohólicos anónimos. Me niego.  Afortunadamente no es así. Pero tampoco es una idea descabellada. Lamentablemente, muchas esteticistas no están orgullosas de su profesión.  

Hoy estoy aquí porque quiero contaros o más bien compartir 4 cosas. Son: dos noticias, una obsesión (propia) y por último, una solución (que es lo que al final, siempre queremos). 

De las 2 noticias, una es buena y otra mala. ¿Por cuál empiezo?

No sé para qué pregunto porque siento que tengo que empezar por la buena, para arrancar con noticias positivas.

La buena noticia es: soy esteticista, el orgullo de una profesión, es el propio título de esta ponencia. Tenemos un profesión maravillosa, yo estoy orgullosa de ella. Es apasionante, gratificante, motivadora, enriquecedora, agradecida…, así que sólo por eso debemos estar muy, pero que muy orgullosas de ello. Ahora lo veremos. 

Voy a por la mala, sin paños calientes, así como quitar la tirita. ¿Y qué digo como la tirita? ¡En este entorno! Más bien es como la cera, como arrancar la tira de cera, ¡ras! Dios mío, ¿veis? Es que se nos olvidan nuestros orígenes. 

La mala noticia es que nos comen, ¡NOS COMEN! Así que a ver qué hacemos con ello. 

Por cierto, que puede que muchas con esto de la cera, incluso con la depilación, no os sintáis identificadas. Porque nuestra profesión es muy amplia. Así que empecemos por el principio y vamos a ver qué es una esteticista. 

Según la RAE: significa “profesional especialista en tratamientos de belleza”. ¿Veis cómo es   demasiado amplio, y no está bien delimitado? 

Os he preparado una lista, genérica, de cosas que hacemos las esteticistas. No quiere decir que tengamos que saber hacer todas ellas, solo que son cosas de nuestra competencia. Son nuestras competencias oficiales

  • Tratamientos faciales, incluyendo su realización, diagnóstico y diseño de protocolos
  • Tratamientos corporales, incluyendo su realización, diagnóstico y diseño de protocolos
  • Masajes manuales y mecánicos con fines estéticos
  • Depilación cera, electrodepilación, fotodepilación
  • Maquillaje y micropigmentación
  • Manicura y pedicura 
  • Técnicas de bronceado artificial
  • Aplicación y supervisión de técnicas hidrotermales
  • Aplicación de técnicas cosmetológicas, electroestéticas y manuales 
  • Realización y venta de prescripciones cosméticas para cuidado domiciliario de la piel

¿Y quién creéis que nos COME? El año pasado precisamente para hablar aquí preparé una lista con los profesionales que actualmente se dedican, en concreto, a la última de las competencias que aparecía en la lista. La prescripción y venta de cosméticos. Me voy a centrar en ella porque hablar de todo se haría eterno, y además ese es uno de los puntos fuertes de mi Centro. Pues bien, la lista da miedo: 

Personal de farmacia, de dermatología, de enfermería, del maquillaje, de supermercado, de herbolarios, químicos, formuladores, personal técnico de las marcas en grandes almacenes. Pero también las personas que trabajan en tiendas de ropa, en puestos de mercadillos, en aviones, aeropuertos… incluso cantantes, actrices, actores e influencers que además de todo eso, sacan sus propias líneas… Abrumador. 

Y luego nos extrañamos que un altísimo porcentaje de esteticistas se avergüencen de su trabajo

Quizá no seas tú, ni tú, una de ellas. Porque que estéis ya aquí significa mucho: que confiáis en vosotras, apostáis por vuestros proyectos, y que tomáis acción. Por eso me encantaría que reconocierais vuestra valía por estar aquí.  Esto no lo hace todo el mundo. 

Volvemos al tema. Que todo el mundo se sume al carro, y este tipo de cosas, dan a entender que cualquiera puede hacer nuestras labores. Por tanto, no nos valoran. Y no hay nada más triste que eso, que no valoren nuestro trabajo, porque desprestigia la profesión. 

¿Y qué podemos hacer con esto? Yo he encontrado la respuesta en la BELLEZA CON CABEZA, que es mi método, pero también una forma de entender la estética. 

La estética mirada a través de la belleza con cabeza, es indestructible, y tiene un hueco que nada ni nadie nos pude arrebatar. Por eso me motivó (me pone) tanto este tema, porque quiero que el mundo se entere que la estética es mucho más, y que a las competencias que acabamos de ver, se suma nuestro gran poder:

Las esteticistas SANAMOS, porque sí, la belleza sana y ese es nuestro gran poder. Eso sí, hablando de la belleza con cabeza. Esta no siempre coincide con lo que promueve la sociedad, porque alcanzar la belleza no es sinónimo de alcanzar la perfección. Pensad por un momento qué es la belleza para cada una de vosotras. Estoy segura que sacaríamos muchas conclusiones maravillosas de ahí. 

Mi Belleza Con Cabeza:

  • No busca cánones imposibles.
  • Busca que las personas se cuiden, y así se sientan bien y se vean mejor.
  • No es rígida, se adapta a todos los bolsillos, a la disponibilidad de tiempo de cada persona y a sus necesidades, porque trata de entender desde el principio cuáles son esas necesidades, pero de verdad. 
  • Es escucha y comprensión. 
  • No es una obligación, es un planazo.

Sí, la apariencia física puede influir mucho en el bienestar emocional, mental y social de una persona

  • Sentirse atractivo/a puede aumentar la confianza en uno/a mismo/a, mejorar la autoestima y facilitar las interacciones sociales positivas. 
  • Además, cuidar la imagen física puede fomentar hábitos saludables, como una dieta equilibrada y ejercicio, que a su vez contribuyen al bienestar general.
  • Los servicios estéticos son autocuidado, dedicarse tiempo a una misma, estar en un espacio para relajarse y desconectar. Las esteticistas lo fomentamos. 
  • Esto ayuda a reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y promover una sensación general de bienestar. Esto es crucial para mantener un equilibrio mental y emocional en un mundo a menudo agitado.  

Casi nada. ¿Y aún no estáis orgullosas de nuestra profesión? Esta combinación muestra la profundidad y la importancia de nuestra labor en la sociedad. Sobran motivos para sentirnos orgullosas, el problema es que no siempre recibimos el reconocimiento que merecemos.

María Estela de Abajo Sanz durante la ponencia Soy Esteticista, el orgullo de una profesión en el CIES 2024

Y por si esto fuera poco, en el momento en el que mejoramos la vida de otras personas, estamos mejorando nuestra propia vida. Y esto no es algo que me esté inventando yo, esto es la oxitocina.  Anda que no se habla de oxitocina últimamente. 

Ayudar a otras personas puede desencadenar la liberación de oxitocina en nuestro cuerpo. La oxitocina es conocida como la «hormona del amor» o la «hormona del vínculo» porque se libera en situaciones sociales positivas, como abrazar, besar, y también cuando realizamos actos de generosidad y apoyo hacia los demás. Esta hormona puede contribuir a fortalecer los lazos sociales y a promover sentimientos de empatía y conexión.  

Cuando se libera oxitocina, puede afectar la liberación de neurotransmisores como la dopamina y la serotonina en el cerebro. Estos neurotransmisores están asociados con sentimientos de placer, felicidad y bienestar, lo que puede contribuir a una sensación general de satisfacción. 

Nuestro cerebro funciona de esa manera. Y esto tiene un sentido evolutivo. No podemos olvidarnos de esto, porque nuestra sociedad es cada vez más individualista y pensando en ponerse uno el primero de la fila, no contribuye a la felicidad. De ahí la importancia de compartir y colaborar entre las propias compañeras también. 

Con tantas cosas positivas, sentí curiosidad por indagar en de dónde viene esa vergüenza asociada a ciertas profesiones, como en este caso la de esteticista. Parece ser que viene influenciada por varios factores. Algunos de estos motivos podrían incluir:

  1. Estereotipos culturales: La sociedad a veces perpetúa estereotipos negativos sobre ciertas profesiones, lo que puede hacer que las personas se sientan avergonzadas de ellas. Tradicionalmente hay profesiones que se perciben como más prestigiosas. Llamémoslo titulitis, clasismo o lo que queramos. Por eso últimamente nos hemos ido inventando nombres alternativos, como facialista, o directamente decimos que somos empresarias, porque eso tiene mucho más glamour. A mi me ha pasado, por eso os lo cuento, como además de esteticista, soy fisioterapeuta, me escudaba o ponía delante el título universitario frente a la profesión. Claro que podemos ser facialista, o empresaria, o fisioterapeuta especialista en fisioterapia estética, yo misma soy todo eso, pero no lo usemos nunca para ocultar nuestra verdadera formación, porque no nos hacemos, ni hacemos ningún favor. 
  2. Falta de comprensión: La falta de conocimiento sobre la importancia y habilidades requeridas en la profesión de esteticista puede llevar a la falta de respeto o valoración. Aquí la labor de cada una de nosotras es mostrar y difundir al mundo todos esos poderes que tenemos. Fijaos, yo trabajé en Madrid, antes de volver a Asturias y entrar a formar parte de ESTELA BELLEZA. Bien, cuando comentaba con mis colegas fisios que iba a cambiarme de profesión, y me focalizaba en la estética, no lo entendían… Ese entorno, en su mayoría me decía que qué demonios hacía, que si estaba pirada… ¿Me explico?
  3. Expectativas personales: Algunas personas pueden tener expectativas personales diferentes de sus carreras y sentir que la estética no cumple con esas expectativas. Por ejemplo, pensar que era relativamente sencillo progresar, posicionarse, hacerse un nombre… Eso no es fácil te dediques a lo que te dediques, Nadal solo hay uno, pero hay muchos tenistas maravillosos. A veces nos frustramos, y ciertas aspiraciones pueden desviarnos del camino. En todo esto ya hace falta un trabajo más interno, personal, de cada una. Pero os diré que personalmente, mi fin es ser la Nadal de mis clientes.

Mi objetivo al abordar estas cuestiones, es que pienso que el tenerlo presente puede ayudar a promover una mayor comprensión y respeto por esta profesión.

Porque soy esteticista, amo mi profesión, y por fin puedo decir que me se siento una buena profesional. Pero me ha costado. Ya os he explicado muchas de mis batallitas.

Mi faro, mi guía, como ya he dicho, es la BELLEZA CON CABEZA. Personalmente en ella encuentro respuesta a todo. 

¿Recordáis que iba a contaros 4 puntos? 

Llega el turno de confesaros mi OBSESIÓN. Desde que me ofrecieron participar en Cosmobeauty, me obsesioné con la idea de que tenía que subir aquí y aportaros algo. Pero cuando iba a empezar a preparar esta charla, a mi cabeza no venían ideas, solo pensamientos como “¡qué voy a contar que sea útil, es súper complicado, soy una esteticista hablando a esteticistas, son mis iguales. Otros lo tienen más fácil porque son del mundo marketing y hablan a esteticistas, son del mundo psicología y hablan a esteticistas, o del mundo negocios…. y claro, si me pongo con un tema muy técnico, muchas se aburrirán y tampoco tendría claro de qué, para que interese, y esto no es una masterclass,… en fin…

No salía de esta rueda, y eso me impedía avanzar. Me instalé en la queja, y eso no construye ni arregla nada. 

¿Por qué os cuento esto? Porque me recuerda a ese runrún continuo de “es que se compran las cremas en la farmacia, en El Corte Inglés, por internet…, se van al médico estético, hacen lo que dice la influencer de moda…” ¿Os suena? Pues ahí estaba yo con la preparación de esta charla, y claro que también me aferro a ese tipo de ideas que acabo de deciros, como muchas de vosotras. 

BASTA YA. Acción

Cuando decidí hablar hoy aquí, sin más de lo que me ha diferenciado estos años (de la belleza con cabeza), y me puse a prepararlo dándolo todo, la cosa empezó a fluir.

Y esto conduce directamente a la cuarta cosa que quería a contaros hoy. Por fin llega, la SOLUCIÓN. La solución es pasar a la acción, lo acabo de decir, y a la acción se pasa con FORMACIÓN y TRABAJO CONSTANTE. Esa es la llave. Realmente nos quejamos con razón porque estamos viendo que muchísimos profesionales se suman a la belleza. Sí, incluidos profesionales de esos que como veíamos, socialmente están incluidos en una categoría más prestigiosa. Quieren hacer estética, y hacen trabajos de esteticistas. ¡Qué miedo! ¡Qué amenazas! Cómo voy a competir yo… 

Que quieran y se metan en la estética no es malo. Es un alago. Es un piropo. Veámoslo así. Es una forma de decirnos que la BELLEZA INTERESA en la sociedad, y también que la BELLEZA ES IMPORTANTE. ¡Ole!

¿Veis dónde está el ORGULLO de la profesión? El tiempo nos ha dado la razón, no perdamos nuestro poder. Para ello, no voy a parar de decir lo mismo: formación y trabajo. ¿Os habéis planteado alguna vez que a veces nos sentimos amenazadas y nuestro mal no está fuera sino en nosotras mismas? Quizá no nos sentimos a la altura, no sabemos tanto… 

Ahora bien, me voy a poner seria. ¿Honestamente creéis que estáis suficientemente formadas?

Vamos a verlo. Os propongo hacer un examen, ahora. Os pediré que cerréis los ojos, porque vais a imaginar que tenéis la hoja del examen delante con las preguntas. Las voy a ir leyendo, y mentalmente, vais a ir contestando a cada una de ellas. Mentalmente, relax. Es una prueba personal, no voy a pedir ni dar las respuestas. Calma. Es más, mi intención es que sea un ejercicio íntimo ahora, e incluso al salir de aquí. Cremallera. Es para cada una de vosotras. Vamos allá: 

  1. Enumera las capas de la piel, de la más superficial a la más profunda.
  2. Determina dónde tienes que “actuar” para atender a las principales preocupaciones de los  clientes (flacidez, manchas, acné, rojeces). En qué capa o capas de la piel.
  3. Nombra algún ingrediente que esté indicado para tratarlas (recuerda, flacidez, manchas, acné, rojeces).
  4. Informa brevemente, como si tuvieras a un cliente delante, de otras opciones para abordar su preocupación desde otra especialidad, en el caso que la hubiera. 

¿Qué tal?

Quizá haya quien esté pensando que la teoría no hace falta, y que a los clientes eso no les importa, y que menos aún van a preguntarte cosas así. Pues bien, la teoría hace falta, vaya que si hace falta, eso si quieres diferenciarte de la chica a la que preguntan por una crema en el supermercado, e incluso de un dermatólogo, por ejemplo. Veáse que he dicho “diferenciarte”, no “ser mejor o peor”. Ahora vamos a ver para qué sirve saber este tipo de cosas:

  1. Tenemos que conocer aquello sobre lo que estamos actuando, como el mecánico conoce un coche, por dentro y por fuera, nosotras tenemos que conocer la piel. Y qué hay en sus diferentes capas, y qué pasa en cada una de ellas. Es lógico. 
  2. Es importante saber dónde pasan las cosas para poder determinar cómo llegar hasta allí. ¿Puedo hacerlo con cosmética? De ser así, ¿con qué tipo de cosmética? ¿Necesito ayudarme de aparatología? ¿Realmente es posible solucionarlo? ¿Hasta qué punto puedo ayudar en ello? Ejemplo cuperosis, telangiectasias visibles. Lo primero es saber dónde tienen lugar esas lesiones, en este caso, en la dermis, para así valorar cómo llegar hasta ella.
  3. Necesitamos saber qué queremos que contengan los productos, y encontrar en ellos esos ingredientes de probada eficacia que hagan el efecto que buscamos. Si nos quedamos con que en la caja pone que es una crema para la piel seca, y nada más, no estamos actuando de manera profesional, porque para eso no se necesita ningún conocimiento, y cualquier consumidor sabe leer la caja, no te necesita. Entender de estos puntos nos conduce a que el cliente nos necesite. Y este tema da para todo lo que queramos profundizar, y cuanto más profundicemos, más poder tendremos. Porque el conocimiento, la información, son  PODER. Es necesario conocer los principales ingredientes cosméticos, sus acciones e indicaciones, y las diferencias entre las distintas formas. Ejemplo: imaginad una clienta que dice que no puede usar vitamina C. ¿Qué hacemos con un caso así? ¿Os conformaríais con un ¡ah, vale!?Lo primero recabar toda la información que podamos. ¿No puedes usar vitamina C? ¿Y eso? Es que una vez me dieron unas ampollas y me sentaron fatal… ¿Y ha ocurrido en alguna otra cosa? No, no, nada más; sólo me pasó esa vez. ¿Sabes qué tipo de vitamina C era? ¿O el nombre del producto, que con eso ya lo puedo buscar? En este caso, lo más probable es que la reacción haya sido a ese producto en concreto, y o tanto a un ingrediente. O podría ser realmente fuera a ese ingrediente, pero en concreto a ese tipo de vitamina C, un ácido ascórbico probablemente, que suele ser más irritante, y seguramente formulado en unas condiciones concretas. Con lo cual, no habría por qué descartar ese activo, bastaría recurrir a otro tipo de producto con otro derivado de la vitamina C, y con unas características diferentes, que hayamos testado en muchas otras pieles y comprobado que tiene una tolerancia mucho mayor. Por ejemplo, un tetrahexyldecyl ascorbato (ascorbato de tetrahexildecilo), o un ascorbil fosfato de sodio, incluso un ácido L- ascórbico etilado. O ante la duda real, recurrir directamente a otro tipo de antioxidante, con efectos similares y que cumpla las necesidades de la piel, un resveratrol, un ácido ferúlico… Esto es un ejemplo del valor que nos da el conocimiento. Ahora decidme quiénes de los perfiles que veíamos antes que prescribe o vende cosmética es capaz de hacer un abordaje así. 
  4. Conocer y exponer todas las opciones, con sus pros y sus contras, es la mejor forma de ganarnos la confianza de un paciente, porque nos estamos preocupando y ocupando de encontrar la mejor solución. Ejemplo de una piel grasa, con granitos, impurezas, e incluso un acné. Demostraré mi valía profesional si además de explicar cómo puedo ayudarle, cómo podemos ayudarle desde Estela Belleza, le pregunto si ha valorado otras opciones, y si no es así, explico otras posibles alternativas, en este caso, por ejemplo podría explicar en qué consiste el abordaje dermatológico. ¿Por qué no? Recordad que tengo que entender qué quiere mi cliente y dárselo. En ese caso informo sobre todo del tratamiento oral, porque en él reside la gran diferencia con el tratamiento estético. Y explicaría todo lo necesario, adaptándome a la persona que tengo delante. Puedo hablar de los antibióticos orales, de los agentes antiandrógenos y de la isotretinoína. En este punto suele haber algo que hace tomar la decisión a la persona, si es que no la tenía ya tomada, claro. Puede pasar por ejemplo, que sea una mujer en edad fértil, en cuyo caso una parte importante del tratamiento estaría contraindicada. Puede ser que haya tomado alguno de esos medicamentos y no haya tenido buena experiencia, lo que hace que directamente lo descarte. O que sopese que todo eso es demasiado, y que no encuentra razón suficiente para ingerir tantas medicinas, o tiene miedo… O por el contrario, vea claro que sí, que es más afín a ese tipo de tratamientos; pues perfecto también. Ya entraremos nosotras en acción. Y en ese momento también lo explicamos y dejamos nuestra puerta abierta. 

Busquemos  alianzas con todas las especialidades, no enemistades. Tenemos que encontrar nuestro lugar entre los nuevos profesionales de la estética, porque esto puede sumar y hacer lograr mejores resultados. 

Por todo eso hay que saber, y por otro lado, respecto a que no es necesario porque no van a preguntarnos esas cosas, os sorprenderíais de lo que los clientes pueden llegar a preguntar. Y nuestra obligación es saber contestar. Hace poco, por ejemplo, una clienta me preguntó las diferencias entre retinol y el retinal. Así sin más, al comienzo de un tratamiento facial. Generalmente estas preguntas surgen de ese rucurucu contínuo que tenemos alrededor en nuestra sociedad. Una vez más, antes de soltar un speech, hay que recabar información. 

¿Quieres saberlo por alguna duda en concreto? ¿Que te informe mas de los diferentes efectos que tiene sobre la piel? ¿O buscas una respuesta más técnica, tipo a que te cuente la escala de los retinoides o las conversiones?

Pues no imagináis lo que me contestó, me dijo que no era por nada, pero que oía hablar de esas dos palabras y pensó que a ver qué le contaba sobre ello… En fin. Pero simplemente haciendo esas preguntas ya estoy demostrando mi valía, mi profesionalidad, y ella automáticamente confía y se relaja. 

Estar al día como profesional es una obligación si quieres hacer un trabajo de calidad. Y lo único que tenéis que pensar es si estáis dispuestas a formaros de verdad.

Sí, tenemos la mala noticia, la amenaza de que nos comen, pero también tenemos en nuestras manos la solución.

A día de hoy es cada vez más sencillo, la oferta de cursos, másters, los libros, los podcasts… hay miles de posibilidades.

Estar al día de lo que hay en la calle también empieza a ser obligatorio, o al menos importante  (redes sociales, revistas, YouTube…). Acabamos de verlo en el ejemplo anterior. Porque muchas veces las preguntas de los clientes vienen directamente motivadas de esas fuentes. Así que conocerlo nos pone en antecedentes de qué se está cociendo. Y puede incluso ser muy útil a la hora de llamar su atención y generar interés muy fácilmente. Por ejemplo, el retinol lleva usándose en cosmética desde el año, . No era algo que mencionara, la verdad, pero ahora, a día de hoy, con el boom que hay, ahora hay que mencionarlo sí o sí, porque eso ayuda. 

Y otra grandísima fuente de aprendizaje está en COMPARTIR. Lo he dicho antes, pero no podía pasar por encima sin más. Cuánto he aprendido en mi vida de vosotras, sí de muchas de las que estáis aquí. Impagable. Gracias. 

Bueno, pues esto va tocando a su fin, muchísimas gracias por estar aquí en una hora complicada. Qué fuerte ha sido subir al escenario después de nada más y nada menos que Marta García, Silvia Oliete y Ana Lostao. Y antes de la gran Yvet Pons. Bueno, pues aquí en medio, a modo de sándwich, mi objetivo ya os lo he contado, era que os fuerais de aquí con alguna idea, con algo en lo que pensar, con una reflexión… eso… ojalá os haya aportado algo.

Y me gustaría terminar con un un DESEO: Seamos cada vez mejores profesionales, promovamos una estética honesta, de calidad, BELLEZA CON CABEZA, y así nuestro sector tendrá el lugar que se merece. Cuanto mejores seamos cada una de nosotras, de mayor salud gozará la profesión

GRACIAS

Categorías: Noticias

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Noticias relacionadas

Contacto

Contacta con nosotros para pedir cita o para cualquier tipo de consulta. Estaremos encantados de atenderle.

Pedir cita WhatsApp 985 17 14 14