Experiencias de belleza y bienestar
El mejor regalo es dejarse cuidar
De nuevo nos encontramos en la época de regalos por excelencia, la Navidad. Pero cada vez es más difícil dar con el regalo adecuado, así que mi apuesta es regalar servicios de belleza porque, al fin y al cabo, ¿qué pretendemos con un regalo? Ni más ni menos que hacer sentir bien a la otra persona. Y pocas cosas hacen a uno sentirse tan bien como dejarse cuidar.
Las opciones son tantas, que a veces uno se vuelve loco… En esos casos, mis clientes suelen optar por hacer un ingreso en la cuenta del afortunado, y es este el que decide qué, y cuándo disfrutar su regalo.
También los hay más arriesgados, que buscan, hasta dar con la opción de regalo con la que acertar. Quieren decidirlo y que sea una sorpresa. En este caso también puedo ayudaros a valorar las diferentes opciones, y lo cierto es que, normalmente, al final acertamos. Cuando la persona acude a nosotros como profesionales para escoger una experiencia regalo, les hacemos unas cuantas preguntas para poder asesorarle ya que lo más importante es tener en cuenta al destinatario y personalizar al máximo su regalo.
Con las distintas experiencias de belleza o de bienestar, regalamos un tiempo dedicado a uno mismo, donde te pones en las mejores manos para que te cuiden y te hagan disfrutar de ese momento exclusivo para ti, a la vez que te puedes permitir probar algo especial o diferente.
Novedad para este año
Este año, como gran novedad, aconsejo el tratamiento exclusivo “Facial Premium”. Perfecto para regalar o regalarse. Un lujo para la piel, que recibirá de forma totalmente personalizada todos y cada uno de los activos que necesiten en ese preciso instante. Aunque hace referencia al rostro, se trabaja también parte del cuerpo, para lograr un confort y relax sin igual. Es una auténtica experiencia de la que no quiero contar mucho más, porque hay que vivirlo. Una hora y media solo para ti.
En cuanto a los corporales, y para los que quieran ser muy originales, propongo nuestro tratamiento Maderox. Me gusta porque combina en una misma sesión la maderoterapia, el drenaje linfático manual activo, y el masaje anticelulítico. Es un tratamiento que recomiendo para trabajar el remodelado del cuerpo, ayudar a eliminar la retención de líquidos e incluso mejorar la flacidez. Otro auténtico lujo para el cuerpo que además emplea cosmeceúticos de gran calidad. Quiero puntualizar que este tratamiento no es apto para personas sensibles o de edad muy avanzada, puesto que es enérgico. En esos casos, los masajes tradicionales son mejor opción.
¿Cosméticos? Sí, pero con cabeza
¿Y qué pasa con los cosméticos? Aquí, como suele ocurrir, tengo mi particular manera de ver las cosas. No me gusta vender cremas sin ver ni conocer la piel. No se trata de funcionar como una perfumería, trabajo con cosmética activa, para bien y para mal, y de esta forma, no todo vale para todo el mundo. Y eso no quiere decir sea malo o bueno. Simplemente, que requiere evaluación y prescripción. Además, las concentraciones de activos son elevadas, y puede haber incompatibilidades con otros cosméticos o tratamientos.
Es cierto que hay cosméticos más sencillos de regalar, como los de estética decorativa, por ejemplo, pero aún así, personalmente me parece complicado. Escoger un maquillaje para otro me parece tan complicado como escoger unos vaqueros, las cosas como son.
Cuando se trata de un cliente, la cosa cambia. Está chupado. Conozco la piel, sus gustos… y tengo un historial completo para poder afinar y decidir qué producto o productos se le pueden regalar. Ya sea algo de su tratamiento habitual o algún cosmético u objeto de cuidado de los que llámanos “extras”. Los “extras” son aquellos “no imprescindibles” en los que no todo el mundo está dispuesto a invertir, pero que cuando te lo regalan das saltos de alegría. Aquí los líderes son las mascarillas, son la guinda del pastel. Y también la cosmética de cuidado corporal.
Espero haber dado algunas ideas, porque hay que reconocer que cuando a uno por fin se le ocurre qué va a regalar y además está emocionado con su decisión, es un auténtico placer. Uno de esos pequeños grandes placeres de la vida, como cuidarse y dejarse cuidar.
(Artículo de María Estela de Abajo Sanz del sábado 15 de diciembre de 2018 en LNE)