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Cuidados faciales para después del verano

Cuidados faciales

Después del verano, cuando el bronceado va desapareciendo y los estragos solares se hacen evidentes, es cuando la mayoría de nosotros empieza a pensar que ha de cuidarse. Además, el otoño-invierno es la época ideal para realizar tratamientos de belleza, aunque lo mejor, claro está, es cuidarse todo el año.

En estas fechas es muy interesante hacer un plan para todo el año. Hay que intentar llegar a un acuerdo entre lo que preocupa a cada persona y lo que diagnosticamos nosotros como profesionales y adaptarlo a las posibilidades de cada uno, determinando de cuánto tiempo dispone, cuánto está dispuesto a invertir en belleza…

Tenemos muy presente que el envejecimiento no son sólo lasarrugas, la flacidez o las manchas, por ejemplo. El envejecimiento es «un todo». A veces nos obsesionamos con una arruga, pero si sólo tratamos eso y hacemos desaparecer el surco, lo más probable es que nadie note la diferencia, salvo el propio interesado. Para nosotros, lo bonito es ver a alguien y sorprenderse de lo que ha mejorado. Encontrarle fenomenal y no saber por qué. Por eso hay que valorar el rostro en su totalidad, y buscar siempre un resultado natural.

El primer paso es hacer un estudio de la piel y un tratamiento en cabina, en el que a medida que vamos aplicando cosméticos, vamos viendo la respuesta en los tejidos. Esto nos da las pautas para determinar el tratamiento para casa, que es básico e imprescindible. Este es el mejor consejo de belleza que uno puede recibir, y garantiza el éxito de todo lo que hagamos después. Sólo se necesita adquirir el hábito, igual que uno se lava los dientes, y disfrutar de eso tres minutos que uno va a dedicarse dos veces al día. En total son 5 ó 6 minutos, así que no hay excusa para no hacerlo.

A partir de ahí, se van abriendo frentes. Al igual que una camisa, que primero va a la lavadora y luego se plancha, en el rostro también debemos eliminar las manchas marrones, las lesiones rojizas, y todas aquellas imperfecciones que den un aspecto no uniforme a la piel. Para ello se trabaja con diferentes tipos de luz y láser, con mascarillas despigmentantes o con peelings químicos. Los resultados son muy buenos, en la mayoría de los casos espectaculares. Debemos diferenciar el tipo de mancha para decidir cómo tratarla. Los léntigos seniles o actínicos son aquellas manchas pequeñas y marrones que aparecen sobre todo en cara, escote y manos, aunque también se dan en antebrazos y piernas. Son manchas relacionadas con la edad o con el sol y su tratamiento es seguro y eficaz. El melasma, cloasma o manchas hormonales, requieren un tratamiento diferente. Aunque como decimos siempre, en cualquier caso habría que verlo previamente. Estas manchas también son de tonalidad marrón, más o menos extensas y suelen localizarse en frente, labio superior y/o mejillas. Pueden aparecer por la toma de anticonceptivos orales, tras embarazos o de forma espontánea.

Cuando entramos en la década de los cuarenta, aproximadamente, es importante tratar la flacidez, bien porque empieza a notarse cierto grado de descolgamiento o bien como tratamiento preventivo. En este tema contamos con varios aliados, sobre todo a nivel de aparatología, como la radiofrecuencia, la electroterapia en sus diferentes versiones y, por supuesto los láseres skin tightening. La radiofrecuencia es un sistema creado específicamente para tratar la pérdida de sostén de la piel; basta con seis sesiones, realizadas en seis semanas, para darle un empujón a este tema que tanto preocupa. En cuanto a los láseres, normalmente optamos por ellos cuando tenemos una piel que necesita solucionar, además de la flacidez, manchas, arrugas, cicatrices…

Todos estos tratamientos también puede combinarse, y en algunos casos sustituirse, por otras técnicas médico-estéticas, como los novedosos retensados faciales. Se consiguen mediante microinyecciones en lugares específicos de la cara, que crean unas líneas de tensión que estiran la piel. Es estupendo porque como no crean volumen, no cambia para nada los rasgos.

Otra cuestión, no menos importante son las arrugas. Dependiendo del tipo de surco, requieren diferente tratamiento. En el caso de las arrugas de expresión, por ejemplo, primero se debe disminuir el gesto que las provoca (ver tratamiento arrugas de expresión) y luego se realiza el relleno de la misma. El resto de arrugas pueden rellenarse directamente, y para ello suele emplearse el ácido hialurónico.

En resumen, por suerte hoy en día contamos con muchísimos avances en el campo de la belleza y la medicina estética. Solo se necesita un buen asesoramiento y un poquito de constancia, que como para casi todo en la vida, es fundamental.

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