Belleza real y honesta
Cómo escoger un centro de estética y acertar
Una de las preguntas que más me hacen las personas que me conocen a través de las redes sociales es cómo escoger un centro de estética y, lo primero, es saber lo que uno está buscando. No es lo mismo un masaje y relajarse, que eliminar el vello del rostro, o querer acudir un día a un centro lujoso para darse un capricho y sentirse como una famosa. El objetivo marca la decisión.
Llevo casi 20 años trabajando en un Centro que este año celebra su 45 aniversario. En sus inicios no había internet y el “boca a boca” era complicado porque no todas estaban dispuestas a revelar sus secretos de belleza. Además, eran servicios considerados de lujo, y muchas lo mantenían en secreto. Nada que ver con la situación que vivimos en la actualidad y, aún así, en estos años he podido observar dónde están los fallos a la hora de tomar esta decisión sobre dónde acudir.
Errores más frecuentes
Uno de ellos es juzgar la profesionalidad por las marcas con las que el sitio trabaje. Quizá esto, hace años significaba algo, pero lamentablemente no suele ser así a día de hoy. No todas las marcas cosméticas tienen en cuenta dónde posicionan sus productos, y otras veces los criterios pueden ser cosas que nada tienen que ver con ser o no un profesional cualificado, como pueden ser la localización del establecimiento o sus instalaciones.
Lo mismo ocurre con los equipos. Poseer un equipo o una tecnología reconocida en el sector quizá posicione el centro, pero tampoco garantiza la profesionalidad del mismo, ya que frecuentemente es algo que solo suele emplearse como reclamo.
En cuanto a la fama, hay centros tremendamente populares, con estrategias comerciales y de negocio muy fuertes, pero me temo que tampoco esto es garantía de eficacia. Tengo compañeras por todo el país, con centros más modestos, que son profesionales como la copa de un pino.
Entones ¿en qué debemos fijarnos?
Muy sencillo: en la persona o personas que hay detrás porque el equipo humano es fundamental. Y en las referencias por personas cercanas o de confianza. Sin olvidar la trayectoria en el sector, porque en esto, la experiencia es un grado. A partir de ahí, consultar sin compromiso, valorar si es lo que uno está buscando y, en caso de estar conforme, no queda otra que probar. Si uno queda satisfecho, significa que ha acertado.
En mi caso particular, puedo contar los secretos que hay detrás de un centro de éxito y consolidado: mucho trabajo, pasión, formación continua y ser fieles a nuestra filosofía.
La formación es clave
Una manera es a través de los proveedores, que conocedores de esta necesidad nos ofrecen reciclajes y seminarios. Otra, son las formaciones de especialización como cosmetología, técnicas de masaje, drenaje linfático, aparatología aplicada a la estética… Y algo que no siempre se tiene en cuenta y que debería ser obligatorio para todos los que trabajamos cara al público y con un equipo: cuidarse a nivel interno, estar fuerte emocionalmente, para dar lo mejor de uno mismo.
Apuesto por la belleza entendida de forma diferente, la que huye de la parte frívola. Belleza real, honesta, en la que las personas disfruten de cuidarse, quieran mejorar, pero sin ser una lucha. Una belleza que nos haga sentirnos bien con nosotros mismos
El público cada día es más exigente, y me alegro, porque en estética, como en otras profesiones, no todo vale. Y el trabajo bien hecho, tiene su recompensa. Un dato como que el 90% de las empresas no llegan a los 10 años da que pensar, que no es fácil. Por eso estoy tan orgullosa de mi familia, de los sólidos cimientos que crearon, de su valentía al dar siempre un paso más, y de todo lo que han conseguido.
Les doy las gracias por exigirme tanto, y por enseñármelo todo. Y también orgullosa de mi misma, por mantener la esencia, la tradición, continuar innovando, y aportar un valor añadido como centro de medicina estética, se tenía que notar mi toque sanitario. Y orgullosa por haber formado un equipo maravilloso, porque creo firmemente en la especialización, y siento la sinceridad, pero nadie sabe hacer bien todo. Por eso doy cada día las gracias, por tener clientes felices con los que celebrar estos 45 años. Atentos a las redes sociales, desde hoy habrá sorpresas.
(Artículo de María Estela de Abajo Sanz del sábado 23 de noviembre de 2019 en LNE)