Belleza con cabeza 360
Cada vez más queremos resultados rápidos y sin esfuerzo, y eso lleva a cometer muchos errores, como equivocarnos en por donde empezar
Uno de los errores más frecuentes en belleza es empezar la casa por el tejado. Así no se hacen las cosas, pero cada vez más queremos resultados rápidos y sin esfuerzo, y eso lleva a cometer muchos errores, como equivocarnos en por dónde empezar.
Imagínate que fueras una casa hecha una porquería: suelo destrozado, paredes sucias y con grietas. Nunca se te ocurriría intentar mejorarla empezando por cambiar una lámpara, ¿A que no?
Pues en tu rostro pasa lo mismo cuando te obsesionas por una arruga, una marca, o esa zona del cuello que está más blandita. Esas cosas que pueden llegar a quitar el sueño, y que nadie más ve, porque así es: nadie más lo ve, y si lo ven, no lo ven como tú. De ahí la importancia de hacer un trabajo de las paredes, el suelo, si pensamos en la casa, y de la piel, trasladado al rostro. Y llegará el momento en el que haya que cambiar la lámpara, sí. Por favor, sigue imaginando la casa, porque cuando eso suceda, el resultado será «WOW».
Empieza tus cuidados por los cimientos
Vuelve a visualizar la casa destrozada del principio y el resultado de cambiar la lámpara en primer lugar. No hay duda, pasará completamente desapercibido. Por eso es tan importante comenzar tratando la piel. Hay casos en los que eso resulta evidente, porque la piel tiene muchas necesidades que cubrir, y otros que están en buen estado, en los que el reto es seguir manteniéndolo, porque el proceso de deterioro de los tejidos sigue su curso.
Cuidar la piel puede parecer relativamente sencillo, pero no lo es. Veo cada día cómo, aunque haya empeño y voluntad, muchas personas se estropean la piel intentando cuidarla. O en el mejor de los casos, no están sacando el máximo potencial a esta tarea. El cuidado cosmético requiere una rutina acertada, diaria y la aplicación constante de los productos adecuados para obtener resultados visibles y duraderos. Cuando hago análisis de neceser, la mayoría de las veces elimino productos. Y no se trata de que sean buenos o malos, se trata de ver qué necesita tu piel y si con eso se cubre. No imagináis todo lo que me encuentro.
Os cuento a modo de ejemplo curioso, para no extenderme, que en varias ocasiones he visto neceseres con un montón de productos de los que yo habitualmente prescribo. «Está bien, Estela, ¿no? Es que te sigo mucho por Instagram y voy comprando muchas cosas de las que hablas». Entenderéis que cada vez me haga menos ilusión hablar de productos, veo que sirve para poco. Hizo las compras sin prescripción (y dicho sea de paso, tampoco las adquirió en nuestro centro). En el caso concreto que os estoy contando, sólo pude rescatar uno. El resto no eran para su piel en ese momento.
Recomendaciones cosméticas a las que sacar el 100% de provecho
Lo que lees en redes sociales no sabes si es para ti, o lo que lees en las revistas, porque en muchos casos, además, están muy vinculados a las agencias de comunicación. Esto es una realidad. Estudio para ser capaz de de cuestionarme lo que leo, veo o me cuentan, y en base al criterio que he ido adquiriendo a lo largo de mi vida profesional, descartar lo que no tiene base científica sólida. Porque sí, a mi también me la han colado muchas veces, y probablemente alguna otra vez me la volverán a colar. Pongo en práctica todo lo aprendido, y valoro las respuestas en las diferentes pieles y personas. En muchas. Y así es como saco las conclusiones que me hacen ser capaz de hacer recomendaciones cosméticas y protocolos de cabina a los que sacar el 100% de provecho. Esa es mi labor diaria en este mundo en el que cualquiera tiene opinión sobre el cuidado de la piel. ¿Os habéis fijado? Y me entristece que se juegue con esto, porque el no estar a gusto con tu piel se relaciona directamente con ansiedad, depresión, baja autoestima y aislamiento social.
Volvemos a la casa para imaginar que si en su transformación se necesitan profesionales encargados de pintura, decoración, suelos… En cuestión de piel, estética, medicina estética y nutrición en equipo, hacemos maravillas. No es magia, es belleza con cabeza.
(Artículo de María Estela de Abajo Sanz para LNE el 18 de febrero de 2023)